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¿Tiene mi hij@ TOC infantil?

¿Quien no tiene alguna manía?

Seguro que muchos de nosotros recordamos no pasar por debajo de una escalera, santiguarnos al subir al coche, tocarnos el pelo si escuchamos una ambulancia, fregar siempre en un mismo orden, tener ordenados los papeles del trabajo de una cierta manera o cualquier otro.

 

Lo anterior es extensible a los niños.

¿Quién de pequeño no ha jugado a intentado evitar pisar las rayas de las baldosas cuando caminaba?

Sin embargo, hay niños que van más lejos y no hacen estas cosas solo a modo de juego sino que lo hacen para acabar con un malestar difícil de explicar y de razonar. Estas manías se han convertido en compulsiones y en obsesiones.

Cuando se habla de manía es importante diferenciar entre lo que es normal de lo problemático. Siempre que esas manías no interrumpan la vida del niño, no le impidan estudiar, jugar, salir con los amigos, divertirse, participar en sus actividades y disfrutarlas estamos hablando de normalidad. Pero cuando estas manías le quitan la mayor parte de su tiempo, le crea malestar y se dan con mucha frecuencia, las manías adquieren el rango de problema.

Responder a las siguientes preguntas puede ayudarle a diferenciar lo “maniático”, dentro de la normalidad, de lo “problemático”:

 

  • ¿Su hijo tiene manías que llaman la atención allá donde va por lo exageradas que son?
  • ¿Su hijo tiene que llevar a cabo esa manía pase lo que pase aunque tenga que dejar de ¿hacer otra cosa que le interesa?
  • ¿Su hijo llora o se altera si le impide que lo haga?
  • ¿Se mantiene así hasta que le deja hacerlo?
  • ¿Su hijo ha cambiado en poco tiempo su comportamiento habitual?

 

Si la respuesta a todas estas preguntas es sí, podríamos estar hablando de un Trastorno obsesivo- compulsivo Infantil. Se trata de un trastorno complejo y difícil de entender tanto por el niño o adolescente que lo padece como para los que lo rodean.

Las obsesiones consisten en pensamientos que aparecen de repente, resultan desagradables generando mucha ansiedad y llegan interrumpir su vida cotidiana impidiendo que el niño disfrute de su familia, amigos, divertirse, estudiar, etc. Por otro lado, las compulsiones son actos, mentales o motores, repetitivos que realiza la persona impulsada por varios motivos, teniendo aquí la ansiedad un papel muy importante. Solo cuando la persona realiza la compulsión se relaja.

Se establece que la prevalencia global de este trastorno en un 2,5 por 100 de la población general. La edad de inicio en la infancia es variada. Lo usual es que surja por primera vez alrededor de los 10 años y generalmente en niños varones. Otro momento importante de aparición es en la adolescencia. Finalmente, la edad adulta-joven es la más proclive al surgimiento de las obsesiones y compulsiones, oscilando la edad promedio entre los 20 y los 25 años.

El pronóstico es mejor cuanto más tardía es el inicio del trastorno y peor cuanto más pronto aparece. ¿Quiere esto decir que si el niño tiene compulsiones o rituales obsesivos es que ya los tendrá de por vida? Evidentemente la respuesta es un categórico NO. Si el niño con un diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo es tratado de manera adecuada, lo antes posible, no tiene por qué seguir este problema en años venideros.

Si este es tu caso y no tienes claro si las manías de tu hijo son pasajeras o no, acude a Mondalua y consulta con nuestros profesionales especialistas en psicología infanto-juvenil y sal de dudas.

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